El pasado viernes tuvimos una clase bastante interesante donde teníamos que realizar unas tareas un tanto interpretativas (aunque no estoy del todo segura si interpretativa es el concepto).
Fueron unas 4 horas muy divertidas, en dónde pude conocer muchos aspectos de mis compañeros de clase y de otros que ni siquiera conocía.
De todas las actividades que realizamos, hubo una que especialmente me llamo la atención, puesto que con el sonido de una palmada, teníamos que buscar a cualquier persona y darle un abrazo. Y permanecer quietos durante unos minutos. Cuando escuche lo que teníamos que hacer pensé "¿Perdona?, ¿abrazo?" y es que, sin duda alguna, no soy una persona que de abrazos así por así. Por eso, me resultó tan conmovedora e inspiradora la actividad.
Cuando llego mi turno y tuve que darle un abrazo a una persona que no conocía de nada, pensé en un primer momento "¿y ahora que hago?" pero eso solo duro unos segundos, nada más hacerme esa pregunta, cerré los ojos, y mi mente se fue a otro lugar.
En ese momento sentí que abrazaba a una persona muy especial, a un familiar muy cercano, y un abrazo lleno de reencuentros y despedidas, un abrazo que "intentaba" que transmitiera ternura y a la vez despedida.
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