lunes, 24 de noviembre de 2014

Clases: Directores y Actores

El pasado viernes tuvimos una clase bastante interesante donde teníamos que realizar unas tareas un tanto interpretativas (aunque no estoy del todo segura si interpretativa es el concepto).

Fueron unas 4 horas muy divertidas, en dónde pude conocer muchos aspectos de mis compañeros de clase y de otros que ni siquiera conocía.

De todas las actividades que realizamos, hubo una que especialmente me llamo la atención, puesto que con el sonido de una palmada, teníamos que buscar a cualquier persona y darle un abrazo. Y permanecer quietos durante unos minutos. Cuando escuche lo que teníamos que hacer pensé "¿Perdona?, ¿abrazo?" y es que, sin duda alguna, no soy una persona que de abrazos así por así. Por eso, me resultó tan conmovedora e inspiradora la actividad.

Cuando llego mi turno y tuve que darle un abrazo a una persona que no conocía de nada, pensé en un primer momento "¿y ahora que hago?" pero eso solo duro unos segundos, nada más hacerme esa pregunta, cerré los ojos, y mi mente se fue a otro lugar.

En ese momento sentí que abrazaba a una persona muy especial, a un familiar muy cercano, y un abrazo lleno de reencuentros y despedidas, un abrazo que "intentaba" que transmitiera ternura y a la vez despedida.


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